El spam se refiere a correos electrónicos no deseados, generalmente comerciales, que se envían sin el consentimiento explícito de los destinatarios. A menudo se trata de correos masivos cuyo objetivo es promocionar productos o servicios. Los correos de spam pueden contener frecuentemente enlaces de phishing o malware y representan una molestia para los destinatarios.
Para prevenir el spam, los proveedores de email y las empresas utilizan filtros de spam y listas negras que detectan mensajes no deseados y los trasladan a la carpeta de spam o los bloquean. Estos filtros revisan diversos aspectos como la dirección del remitente, el asunto y el contenido del correo. Un correo que es identificado como spam generalmente no llega a la bandeja de entrada de los destinatarios y puede dañar la reputación del remitente.
Para ser percibidos como legítimos y garantizar que los correos no lleguen a la carpeta de spam, las empresas deben asegurarse de que sus prácticas de marketing por email cumplan con las leyes y regulaciones aplicables, como la GDPR. Además, se deben evitar ciertos términos relacionados con el spam y el uso excesivo de signos de exclamación y mayúsculas.